Matt R. Bellionet.

Es bastante alto. Delgado y espigado como su padre, además, no se puede decir que él sea un chico deportista, por lo cual no tiene nada de masa muscular. Tiene el pelo corto y de su color oscuro natural. No se peina a menudo, así que por lo general lo tiene disparado en todas direcciones. “Encantadoramente desordenado” diría él. Sus ojos son grandes y abiertos, de finas y negras pestañas, con el iris de un frío y llamativo color azul, herencia también de su padre. De rasgos finos, bonitos y juveniles, con unos atrayentes labios gruesos y definidos. Bastante atractivo, en conjunto. Su sonrisa es ancha y franca y sus ojos bastante expresivos, muy a su pesar. Tiene muchos tatuajes en los brazos, manos, espalda y hombros, sin embargo, no le gusta agujerearse la cara.

Suele vestir bastante informal, con lo primero que coge del armario y no huela mal. No se preocupa demasiado por la imagen que da y no le gustan las marcas ni la ropa demasiado arreglada. En ocasiones va muy desaliñado, y no precisamente por la ropa que se pone sino por cómo se la pone; camisas por fuera, corbatas flojas o con el nudo a medio hacer... Normalmente lleva calcetines distintos porque nunca encuentra la pareja.

A primera vista, y probablemente también a segunda, Matthew parece capaz de todo con tal de permanecer solo. Con una inescrutable máscara de indiferencia, frialdad y lo que muchos consideran desdén. Matthew no es alguien fácil con el que tratar, dado que se ha forjado una dura personalidad y evita establecer vínculos demasiado profundos con la gente por la sencilla razón de que no quiere sufrir cuando se rompan.

Como ya está mencionado, Matt no es sencillo. No es alguien con quien puedas llegar y entablar una conversación de la nada. En ese caso, como mucho te dedicará una mueca despectiva, un par de palabras crudas, dejando casi siempre un regusto agridulce en la boca. Sin embargo, si es él quien se acerca a ti; estás de suerte. Matthew no es un amigo con el que puedas ir de fiesta, porque no soporta la vulgaridad de las multitudes, mucho menos en las fiestas donde todo lo que puedes encontrar es una aberrante decadencia humana. No, Matthew es ese amigo con el que te escapas de clase, con el que puedes hablar hasta de tus más sucios secretos -esos que te cuesta decir en voz alta, y solo los cuentas en rápidos susurros-, sin miedo a que te juzgue. Porque, a pesar de la cantidad de defectos que puede llegar a tener, la deslealtad o la indiscreción no forman parte de ellos. Tiene muchos principios y es totalmente fiel a ellos. Guarda lealtad a quien ha demostrado que la merece.

Al igual que a otras muchas personas, a Matt la mentira le parece una salida demasiado fácil y compasiva. Es la verdad la que duele, la que es hiriente y aguda. Por norma, de Matt siempre debes esperar ésta segunda, con grandes posibilidades de que la acompañe con un comentario jocoso o irónico. Casi nunca miente y cuando lo hace debe ser por una razón de peso; como mucho, omite detalles que considera escabrosos. Aunque opina que esos son los mejores.
Por otro lado, sólo habla si es imprescindible o si tiene algo inteligente, interesante o importante que decir. Las charlas banales y las preguntas de cortesía son algo demasiado improductivo como para perder tiempo en ello.

Aparentemente, todo le da igual. No le importan los Mortífagos, ni los prejuicios contra los suyos. Bueno, todo aparentemente. A pesar de que siempre le resta importancia o gravedad a las cosas, aunque siempre diga que no se preocupa por nada a no ser que sea algo seguro -un rumor o una sospecha no van a perturbar su sueño-, la realidad es que se preocupa mucho por todo. Especialmente con lo relacionado a su hermana. Aquí es donde se muestra su carácter sobreprotector.

Tiene una mente realmente brillante que suele ocultar, aunque estar en Ravenclaw le delata. Prefiere llevar esa apariencia de chico dejado y despreocupado que pasa de los estudios, lo que no está muy alejado de la verdad. Matthew se salta las clases cada dos por tres y a pesar de que aprueba los exámenes, nunca le verás escribiendo una redacción o cualquier otra cosa; y si le ves, es que debe estar enfermo. Despierto, inquieto y con una curiosidad por todo rayana en la obsesión. Es muy despistado. Se distrae hasta con la cosa más absurda y nunca presta atención a lo que debe -puedes estar hablándole y él, casi con certeza, sólo estará mirando cómo mueves los labios-, se fija más en los pequeños detalles que el resto pasa por alto. Sin embargo, él no considera que su incapacidad de prestar atención general sea un defecto, sino todo lo contrario. Los detalles, los gestos, son cosas que dicen mucho de una persona y por eso a Matthew le gusta centrar ahí su atención.

Suele reflexionar mucho y, puede que suene lunático, pero tiende a debatir consigo mismo y en esos momentos se queda totalmente en el limbo, capaz de tirarse horas así: abstraído de la realidad. Es un poco obtuso en temas de comportamiento social, su mente (por lo general) lógica a veces lo incapacita para comprender algunos comportamientos humanos, que acaba por tachar de absurdos. Por otro lado, tampoco es nada empático, aunque con algunas personas intenta hacer verdaderos esfuerzos por serlo.

Muy poca gente le conoce en realidad. Pueden creer que sí, que saben sus manías más extravagantes o que reconocen cada una de sus no-sonrisas. Pero eso dista mucho de conocerle. Conocer a Matt es como intentar desentrañar todos los días un acertijo diferente y complicado. Y es, básicamente, porque él no se deja conocer. El verdadero Matthew es bastante apático y reservado. Se abre a muy poca gente y aún así, no suele contestar preguntas directas, suele desviarlas con respuestas esquivas o comentarios acertados que desvían astutamente la atención. Cuando él quiera contarte algo propio, lo hará. Quizá no en el momento adecuado, o puede que sin venir a cuento, pero lo hará. Es su manera de ofrecer confianza; soltar datos al azar sobre sí mismo en los momentos más insospechados. Desde luego, siempre datos triviales que una persona que preste la debida atención descubrirá por sí sola. Nunca nada demasiado íntimo o privado. No por nada en particular, pero piensa que la información que uno tiene sobre los demás le da cierto poder sobre esa persona. Además, a nadie más que a él debe importarle su vida y sus asuntos.

Como punto final, añadir que es difícil ganarse el desprecio de Matt, más aún su odio. Lo más probable es que, aunque aparente lo contrario, le seas totalmente indiferente. Y si en el caso ni siquiera finge odiarte, sólo te dedicara fría, aburrida y desinteresada indiferencia. No obstante, si te odia de verdad. Sí le has hecho daño allí donde nadie debe. Su odio es extremo y enfermizo. De ese que quema en las venas y refulge en los ojos. Es probable que no te haga jamás nada directamente, pero ten por seguro que está moviendo los hilos que te llevarán a la tumba.

Así es él. Es calculador, cuando toda la rabia sale a la superficie. Se olvida de su indolencia, y su mente se congela de puro rencor.
Si te pilla desprevenido, te hará sufrir de las maneras más grotescamente creativas, pues carece de escrúpulos en ese aspecto. Está corrompido y los recuerdos han emponzoñado todo su ser.

Pero como ya está dicho, es muy difícil ganarse este tipo de hostilidad por su parte. Casi tan difícil como derretir su corazón.

La relación con su padre es completa y absolutamente inexistente. Riley es un hombre frío y solitario que siempre prefirió pasar su tiempo entre libros que con su familia. Inexpresivo la mayoría del tiempo, el resto, con una mueca de desdén dirigida a sus hijos. A pesar de que los quiere, lo suyo no son las relaciones. Matthew le guarda un terrible rencor reprimido y le culpa de lo que le sucedió a su madre. Se parecen mucho y quizá por eso chocan demasiado, sin embargo, el comportamiento de Matt no es una emulación del de su padre; no le ve como un ejemplo a seguir. Con el tiempo, Matthew creció y dejó de preocuparse por lo que hiciera o no su padre. Todo lo que hay entre ellos es una fría y tirante cordialidad.

Al contrario que Riley, Daphne era una mujer compresiva, apegada y cariñosa con su familia. Dedicada a sus hijos, siempre excusando el comportamiento antisocial de su marido; poniendo tiritas allí donde Riley ponía desdén. A pesar de ser muggle, no era incrédula o desconfiada y no dudó un instante de lo que era su marido e hijos. Siempre tenía buenas palabras y no podía evitar ver siempre el lado bueno de las personas; incluso de aquellas que la trataban como a una repugnante rata. Sobra decir que Matthew la adoraba, y siempre sonreía en su compañía. Cuando murió creo un agujero agonizante dentro de él, pudriendo todo el dolor y todas las cosas que tenía por decir. Este suceso fue el que corrompió su personalidad.

Es la persona a la que más quiere en el mundo. Nadie irá nunca por encima de Michelle. Se entienden sin hablar, se comprenden. Michelle es todo lo opuesto a él, cálida y agradable. Una persona tierna y llena de buenas intenciones. A pesar de ser tan contrarios, se complementan el uno al otro de una forma incluso incomprensible para el resto. Toda la imagen que da Matthew se derrumba cuando se trata de su hermana, es incapaz de engañar y le cuesta tener que ocultarle cosas. Así como él es incapaz de mentirle, ella también los es. Ambos son trasparentes el uno para el otro.

& Música.
& Le encantan los Beatles y Sex Pistols, entre otros. No le va la música mágica.
& Refrescos con gas.
& Los perros.
& Los caramelos de sandia.
& El chocolate con relleno de cereza.
& El tabaco y las sustancias ilegales.
& Las extravagancias.
& Bañarse en piscinas, lagos o playas.
& La tecnología muggle.
& El frío.
& Las 12 de la noche y las 6 de la mañana, las horas que van entremedias.
& La velocidad, las carreras, la adrenalina.
& El Vodka Negro, el Tequila y el Whisky de Fuego.
& El olor del Gran Comedor por la mañana.
& El silencio.

& Los malos modales.
& La ineptitud y la ignorancia.
& La gran mayoría de bebidas mágicas.
& Hacer/beber pociones.
& El exceso de azúcar.
& Nepotismo y Despotismo.
& Los olores fuertes o excesivamente empalagosos.
& La gente que basa su vida en quejarse.
& Las verduras naranjas.
& Los prejuicios.
& Las personas con un desmedido e injustificado exceso de seguridad.
& El bullicio.
& La falsa modestia y los falsos cumplidos.
& Que muevan de sitio sus cosas.
& La pedantería.
& Las resacas.
& Las tías facilonas.
& El sentimiento de impotencia.
& Las abejas.
& La gente sin metas, principios o inquietudes.

& Las abejas, porque es alérgico.
& Los Kelpies. De por sí le da miedo morir ahogado si, encima, mientras se ahoga un ser horrible le devora vivo... No, le da yuyu sólo de pensarlo.
& Que hagan daño a su hermana.
& Tiene una recurrente pesadilla, donde ve cómo asesinan a su madre una y otra vez, en bucle.

& Pasar largas tardes de debate consigo mismo.
& Tocar el violín.
& Dormir muchísimo.
& Sacar a todo el lado deshonesto.
& Pintar. Tiene talento para ello.
& Escabullirse a rincones perdidos o alejados de la vista, y observar a la gente desde ahí.
& Jugar al Póker.
& Deambular por el castillo mientras lee.
& Componer canciones.

& Es inteligente hasta decir basta. Brillante. Un genio insospechado. Además, tiene memoria eidética, por lo que es capaz de memorizar un texto con sólo echarle un vistazo por encima.
& Fiel y leal a sus principios. Se mantiene firme en las decisiones que toma y es consecuente con lo que dice.
& Tranquilo, calmado, observador.
& Intuitivo y perspicaz. A pesar de que es bastante despistado (sufre déficit de atención), siempre registra y atesora los pequeños detalles.
& Es bueno escuchando a la gente, ofrece un apoyo silencioso y compresivo.

& Fuma demasiado, y no sólo cosas legales.
& Es insomne crónico, por lo que siempre hay dos oscuras ojeras bajo sus ojos.
& Hiperactivo. Incapaz de estar completamente quieto y no sólo físicamente. Tiene una mente excesivamente inquieta y curiosa.
& Es bastante hiriente a la hora de expresar sus opiniones, mordaz.
& Reprimido y poco hablador, muy solitario.
& Impasible e indolente.

& Al principio, su Boggart era un enjambre de abejas (dado que si recibe muchas picaduras podría morir), pero tras leer un libro sobre Kelpies decidió que, puestos a morir, prefería a las abejas mil veces antes.
& Odia tener que tomar pociones, le dan un asco indescriptible porque sabe cuáles son los ingredientes de algunas y bueno... no está muy dispuesto a beberse cola de rata, ojos de tritón o alas de murciélago, muchas gracias.
& Se le dan particularmente bien las Transformaciones, le salen casi de forma natural.
& Tiene déficit de atención, le cuesta un gran esfuerzo mantenerse concentrado en alguna cosa que realmente quiera. Se suele distraer con todo y quedarse embobado con cosas absurdas e insignificantes como hojas, grietas o manchas.
& Puede ver a los Thestrals ya que estuvo presente durante la muerte de su madre, al igual que su hermana.
& Tiene un agujero negro por estomago y no puede empezar el día sin comerse, como mínimo, cinco donuts/bollos/tostadas/cualquier cosa comestible.
& Le gusta no hacer nada, pero siempre está haciendo algo.